La pérdida de memoria, una de las características de la demencia conocida como alzhéimer, se evidencia conduciendo. Olvidar una dirección, realizar una maniobra inadecuada, desorientarse fácilmente… son síntomas claros.
Dentro de las demencias, como enfermedades que afectan a las capacidades cognitivas y al
comportamiento de las personas, el mal de Alzheimer es la más común y extendida, según la Organización Mundial de la Salud (OMS); representa, de hecho, entre un 60 y un 70 % de los casos de demencia. Únicamente en España, 700.000 personas mayores de 40 años lo sufren, según los datos del Plan Integral de Alzheimer y otras Demencias (2019-2023). Es más, la enfermedad supera los 4,5 millones de personas afectadas, si sumamos quienes la padecen y los familiares que se encargan del cuidado.
Si bien la edad media del diagnóstico estaría en los 80 años, desde los 60 años en adelante es cuando el mal suele atacar. También existen casos, puntuales, entre menores de 40 años; el denominado alzhéimer precoz, no obstante, tan solo representa el 5 % de las personas afectadas (un 1 % tiene raíz genética).
Cuando llega el diagnóstico, pueden darse reacciones de negación. En el caso de un alzhéimer en estado embrionario, existen pacientes que no aceptan la enfermedad; otros, en cambio, lo asumen psicológicamente, cosa que ayuda en la comunicación con los facultativos, dentro del proceso de la enfermedad. Que puede ser muy largo.
¿Está prohibido conducir con alzhéimer?
No existe prohibición de conducir con un diagnóstico de este tipo. Es más, una persona que esté en las fases primeras de la enfermedad no tiene por qué estar impedida para conducir. Podría ponerse al volante y orientarse perfectamente, sin mostrar fallos de coordinación. A veces hablamos de edades en las que la persona es, aún, conductora activa (también trabajadora activa, o con hijos e hijas menores o adolescentes a su cargo).
Lo ideal es quienes viven esta situación se vean arropados al máximo por su familia. Al igual que en otras situaciones, convencer a alguien para que deje de conducir puede ser delicado, pero con paciencia y argumentos de peso -la responsabilidad individual, por ejemplo- es posible conseguir respuestas positivas. Siempre será mejor que utilizar medidas más coercitivas, como impedir el acceso al vehículo.
Señales que advierten
Las preguntas sobre conducción forman parte de los tests que se les suele hacer a familiares de potenciales enfermos. Pero, ¿cuáles son las señales que nos ponen en alerta con respecto a conductores que podrían estar empezando un proceso de demencia? En el “Manual de consulta para geriatras” realizado por los médicos de esta especialidad Enrique Arriola Manchola y José Manuel Marín Carmona, las enumeran en un capítulo dedicado al Alzheimer y la conducción.
Algunas de ellas son: realización de señales incorrectas, dificultad para hacer maniobras de giro, pasar a un carril incorrecto, dudar en las salidas de las autopistas, aparcar mal, chocar con la acera, conducir a velocidades inapropiadas, tardanza en la respuesta ante situaciones inesperadas, no anticipar situaciones peligrosas, irritabilidad, perderse en lugares conocidos, chocar contra otros coches, accidentes, confusión de freno con acelerador, detención repentina del coche, etcétera.