El Día Internacional de las Personas con Discapacidad se celebra el 3 de diciembre. Más de mil millones de personas conforman este colectivo en el mundo. Muchas de ellas también son conductoras, o aspiran a serlo.
Fue en 1992 cuando la ONU declaró que el 3 de diciembre sería una jornada para dedicársela a las personas con discapacidad. El lema de 2019 ha sido Empoderar a las personas con discapacidad, siguiendo el objetivo de la Agenda 2030, comprometida con no dejar a nadie atrás. Hablamos de una ciudadanía afectada por deficiencias de tipo físico o mental, discapacidades sensoriales, cognitivas o intelectuales… si bien también se incluye en este colectivo a personas que padecen una enfermedad mental o distintos tipos de males crónicos.

Imagen de Naciones Unidas
La Convención sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad de 2006, suscrita por 180 países, pide, entre otras cosas, que este colectivo pueda llevar “una vida independiente, participando de forma activa en el desarrollo de la sociedad”. La movilidad es clave a la hora de aspirar a una vida autónoma, y conducir forma parte de esa movilidad.
Si bien no todas las personas con discapacidad intelectual pueden sacarse el carnet de conducir, hay experiencias como la de la Fundación Adecco y la Asociación Provincial de Autoescuelas de Navarra (APANA) de 2017, donde se logró que un grupo de jóvenes de este colectivo obtuviese su permiso de conducción. Fue un proyecto pionero en nuestro país.
Sin embargo, queda mucho camino por recorrer. Menos del 1 % de las autoescuelas están preparadas para formar a personas con discapacidad. Un estudio relativo a discapacidad y permiso de conducción realizado por FESVIAL y la Fundación CNAE -en colaboración con Fundación ONCE- de 2017 no era muy halagüeño precisamente. El 17 % del alumnado que se sacó el carnet se encontró con que no disponía de un vehículo adaptado.
Antes de obtener el permiso

...las personas con dispacidad deben acudir a un centro de reconocimiento de conductores que emitirá un informe con tres posibilidades: apto,no apto o interrumpido...
La Dirección General de Tráfico (DGT) establece que antes de aspirar al carnet de conducir las personas con dispacidad deben acudir a un centro de reconocimiento de conductores que emitirá un informe con tres posibilidades: apto (con o sin condiciones restrictivas), no apto o interrumpido a la espera de presentación de informes médicos.
Con el primero (apto sin condiciones) podrán apuntarse a la autoescuela, mientras que si son aptos con condiciones deberán acudir a la Jefatura Provincial de Tráfico previamente. Si se trata de una discapacidad física -una PMR, o persona con movilidad reducida-, tanto la formación como las pruebas las realizará en un vehículo adaptado (disponen de dos espejos retrovisores interiores y dos exteriores, uno a cada lado, así como dobles mandos de freno y acelerador y, si es posible, de embrague). Otra cosa son los coches con rampa para silla de ruedas, que facilitan la movilidad de personas con discapacidad permanente o temporal.
Cuando la discapacidad es sensorial
Según el citado estudio de FESVIAL y la Fundación CNAE, entre las personas con discapacidad para las que el permiso de conducir era más accesible estaban las que sufrían hipoacusia (79,6 %), mientras que el porcentaje de personas con ceguera y baja visión que carecían de carnet de conducir era alto (un 62,5 % y un 48,3 % respectivamente).
Entre las personas sordas, un 73,4 % de las encuestadas disponía de permiso de conducir de alguna clase. La discapacidad intelectual o del desarrollo, en este informe, se mostró también como un factor limitante a la hora de obtener el carnet de conducir.
Visión y oído son, como se sabe, esenciales para la buena conducción. Y en este sentido hay ya marcas de automóviles que están innovando para que las personas sordas o con dificultades auditivas puedan compensar este déficit a través de sistemas de luces y vibraciones desarrollados con inteligencia artificial.