Fue en la ciudad Buxtehude, en el Este alemán, donde en 1983 se estableció la que sería conocida como primera Zona 30: área urbana donde los vehículos no pueden superar los 30 km/h.
Dedicar un artículo del blog a la evolución del límite de velocidad en España nos pareció, este verano, una buena idea (¿lo recordáis?). Pero es que tras el anuncio de la modificación de la norma estatal que pretende regular el límite de velocidad de 30 km/h en ciudades, nos ha parecido pertinente volver sobre el tema. Sin duda, esta novedad pasará a la historia de los límites de velocidad.
“A 30 km/h en ciudad: la DGT cumple un viejo objetivo”. “Los 30 km/ pasan a ser la velocidad máxima en las ciudades”. “Marlaska baja la velocidad máxima en las ciudades de 50 a 30 km/h: afectará al 80 % de las vías de Madrid”. Estos son algunos de los titulares que, tanto en la prensa generalista como en publicaciones especializadas, hemos podido leer sobre el tema.
Empecemos, sin embargo, por el principio. Porque este límite se estaba empezando a implantar en algunas ciudades, que han servido de avanzadilla, en cierta manera, al anuncio de la Dirección General de Tráfico (DGT). Un Real Decreto que modifica el Reglamento General de Circulación que entrará en vigor en 2021.
"Ciudades 30"
Bilbao, Albacete, Barcelona, Cáceres, Burgos, Las Palmas de Gran Canaria, Málaga, Zaragoza, Palma de Mallorca, Santander, Pontevedra, Pamplona, Oviedo… entre otras, han ido aplicando, bajo distintos proyectos, planes e iniciativas, esta restricción en la velocidad cuando se transita por ciudad. Vitoria obtuvo, en la categoría de 100.000 habitantes, el Premio Ciudad que Camina (2013) tras instaurar su Zona 30 -integrada por 47 calles-, donde se brindaba prioridad a la gente que se desplazaba en bicicleta.
Se trata de limitaciones que van de los 30 km/ en calles con un carril para cada sentido, o de un solo carril. Con especial protección en las inmediaciones de colegios e institutos, y con miras a llenar los cascos antiguos, centros históricos y barrios céntricos de bicicletas y peatones, dándoles prioridad a estos elementos, denominados “vulnerables”. Y contribuyendo, claro está, a la cultura peatonal.
¿Cuál es el límite de velocidad adecuado en las urbes?
Las denominadas “Zonas 30” han demostrado que el límite de 30 km/h funciona en muchos aspectos:
- En el de la siniestralidad, dado que el número de accidentes se reduce de forma considerable. Revisten, además, menor gravedad: un golpe a 25 o 30 km/h puede causar lesiones leves, mientras que a 65 km/h podría ser letal. Hay que tener en cuenta que la distancia de frenado, a 30 km/h, se reduce a nueve metros (frente a los 15 metros que se necesitan circulando a 50 km/h).
- En el de la sostenibilidad, puesto que mejora la calidad del aire, emitiéndose menos gases contaminantes.
- En el de la convivencia, ya que la contaminación acústica remite, y el flujo de tráfico mejora igualmente; a menor estrés, mejor humor. Y una vida más agradable en las comunidades.
Zonas calmadas o lentas, lo cierto es que promueven una convivencia vial óptima entre vehículos motorizados, peatones, ciclistas y motoristas, además de con los novísimos VMP (siglas de Vehículos de Movilidad Personal) que pueblan las ciudades desde hace tiempo.