La asistencia en carretera conlleva ciertos riesgos, cuando se trata de rescatar a personas que se han quedado tiradas en la vía. La situación es tan delicada que debemos pedir a los vehículos mucha prudencia.
Que el sentido común es el menos común de los sentidos es un lugar común y una realidad: lo sabemos. Por este motivo, cuando se produce un siniestro de grúas de auxilio, con el resultado de una o varias muertes -así como personas heridas que se encontraban ahí-, la indignación es grande, dado que se podía haber evitado. En caso de accidente, los vehículos de rescate en carretera, así como los servicios de emergencias que acuden al escenario, están a estas alturas suficientemente señalizados como para ser vistos.
“En carretera no estás solo”, “guarda la distancia de seguridad”, “aminora la velocidad”... son algunos de los mensajes que, cada cierto tiempo, se lanzan al público con el fin de concienciar a todos. La carretera es un espacio público donde los vehículos a motor de variado tamaño, bicicletas y motocicletas, están a riesgo de sufrir, en algún momento, un accidente.
Una vez que los servicios de emergencias (bomberos, policías, sanitarios, grúas de auxilio en carretera) han llegado, y no se necesita la ayuda de otros conductores, debemos pasar de largo, de la manera más segura posible. Y por supuesto, no podemos detenernos a molestar, ralentizando la velocidad para satisfacer la curiosidad o el morbo, como comentamos en este artículo sobre el detestable efecto mirón.
Seguridad vial y asistencia en carretera
La asistencia en carretera, sea cual sea la situación, ha de desarrollarse con completa seguridad. Aminorar el paso, por supuesto sin detenernos, como hemos indicado más arriba, es la recomendación principal si estamos conduciendo y pasamos por un lugar donde un vehículo en apuros está siendo atendido. Además, hemos de guardar una distancia de seguridad de al menos tres metros con respecto al vehículo de auxilio en carretera, o el taxi que vaya a recoger a las personas que se encuentran en el lugar de la incidencia, avería o accidente.
Como dice el Protocolo de Auxilio en Carretera, “las operaciones de auxilio en carretera suponen un elemento de riesgo tanto para los técnicos involucrados como para el resto de usuarios de las vías, mientras se están realizando dichas actuaciones”. Y es que un vehículo inmovilizado en la carretera es un peligro potencial, mientras permanece en la calzada debido a una avería o siniestro. De ahí que, pese a ser un escenario protegido por los profesionales de rescate y emergencias, sea particularmente vulnerable, y el resto de usuarios deban ser conscientes, para evitar “accidentes dentro de un accidente”.