La celebración de la Semana Mundial sobre la Seguridad Vial de NU sirve, principalmente, para evaluar y concienciar a nivel global. Y para pensar en los retos que asoman. El principal, alcanzar la cifra mágica de cero muertes.
Naciones Unidas ha celebrado, del 6 al 12 de mayo, su Semana Mundial sobre la Seguridad Vial. El organismo internacional por excelencia ha interpelado a la ciudadanía con un lema, “Salve vidas”, que en esta ocasión iba acompañado del hashtag #HagaOírSuVoz. De cara al lema enunciado, la Organización Mundial de la Salud (OMS) ha elaborado un paquete de medidas e intervenciones destinadas a los profesionales de la seguridad vial. ¿Objetivo? Reducir la mortalidad en las carreteras a nivel mundial.
La etiqueta #HagaOírSuVoz (o #SpeakUp, en inglés) insta a las personas a ser conscientes de los riesgos en materia de seguridad vial que corren a diario. Los pasos sugeridos por NU son: evaluar cada desplazamiento, anotar las demandas, pedir a quienes toman las decisiones en esta materia un compromiso firme con los cambios para la mejora de la seguridad viaria, registrando también las actividades a pie de coche. La seguridad vial normativa ha de concebirse como una guía de cumplimiento y de concienciación por el bien común.
La Unión Europea se marcó en 2001 un descenso del 50% en número de fallecidos en una década. Este objetivo se reiteró para el período 2011-2020, en consonancia con la designación, por parte de Naciones Unidas precisamente, de este decenio como la “Década de la Acción para la Seguridad Vial”. Por otro lado, el Banco Mundial puso sobre la mesa en 2018 un informe -junto con el World Resources Institute- en el que localizaba el 90% de los accidentes de tráfico en países de ingresos medios o bajos.
Seguridad Vial en España
¿Cómo estaríamos en España? El objetivo cero se ha asumido a través del Plan Estratégico de Seguridad Vial (2011-2020). Pero yéndonos a datos más concretos, el exsubdirector de Normativa de la DGT, Ramón Ledesma, hablaba hace apenas dos años de romper con la “tarifa plana” de mortalidad en las carreteras que se venía arrastrando aquí desde 2013 (en torno a las 1.700 personas fallecidas al año), como ya se hiciera desde 2004 a 2013 (período en el que se logró un descenso desde 5.500 muertes a las actuales 1.700).
Sin embargo, no solamente podemos ser críticos con los comportamientos humanos al volante. Con respecto a las infraestructuras, el recordado periodista Paco Costas (Bueu, Pontevedra, 1931-2018) -experto en seguridad y educación vial a quien dedicamos un sentido obituario-, ya apuntaba hace algunos años que, pese a la puesta a punto de la red de carreteras españolas en general (“comparable a muchas de los países más avanzados de Europa”), tanto la señalización como la conservación seguían siendo un problema.
Este último punto lo acaba de confirmar la Asociación de Fabricantes de Señales Metálicas de Tráfico (Afasametra) en un estudio presentado recientemente. La Asociación denuncia que las señales de tráfico en España ya no están en garantía, y que sustituirlas con láminas retrorreflectantes sin garantía requeriría una inversión de más de 196 millones de euros. Este es un aspecto, obviamente no el único pero sí suficientemente relevante, que debemos tener en cuenta a la hora de abordar el futuro de la seguridad vial en nuestro país.