“No viaje con un elefante en el asiento trasero”. Fue el lema que utilizaron en Francia para una campaña que pretendía concienciar de la importancia de la sujeción cuando viajamos en un vehículo. Así nació el efecto elefante.
Hace tiempo nos interrogábamos sobre el efecto pantalla, cuándo se genera, y en especial abordábamos cómo se podía evitar. Siguiendo con más recomendaciones relacionadas con la seguridad en la conducción, hoy pondremos énfasis en cómo viajamos en nuestros vehículos. ¿Tenemos en cuenta lo que transportamos, y de qué manera lo hacemos? Cada cierto tiempo la Dirección General de Tráfico (DGT) se encarga de recordarnos que, si usamos el vehículo como un maletero en sí mismo, nos ponemos en peligro de sufrir el denominado efecto elefante.
¿Y en qué consiste el efecto elefante? Se basa en que un pasajero sin sujeción -de 75 kilogramos de peso- subido en la parte de atrás, con el coche circulando a una velocidad de 60 km/h, puede llegar a alcanzar los 4.200 kilogramos de peso (el peso de un elefante), en caso de accidente frontal.
Es muy común, por ejemplo, ir a hacer la compra al súper y meter bolsas y paquetes, en ocasiones con bastante peso, en la parte trasera del coche, a falta de sitio en el maletero. ¿Realmente nos preguntamos cuánto puede pesar una caja con seis litros de leche? Quizá no tanto como un elefante, pero el caso es que, si se produce un golpe y sale despedida, puede convertirse en un pequeño proyectil. Es muy peligroso.
La sujeción, clave
No solo hay que insistir en los Sistemas de Retención Infantil (SRI) homologados para nuestros peques, o en la sujeción de nuestras mascotas. Cualquier ocupante del vehículo ha de estar debidamente sujeto. La posibilidad de fallecer en un siniestro desciende de tres a una, tan solo por abrocharnos el cinturón, según la DGT. La Unión Europea (UE), de hecho, ha empezado en 2022 a obligar a los vehículos de nueva fabricación a incorporar un aviso para evitar que los cinturones de la parte trasera no se usen. Como se hace con los cinturones delanteros.
El efecto elefante, a nivel conceptual, parte de un ingenioso lema que se utilizó en Francia para que la gente se tomara en serio el hecho de ponerse el cinturón de seguridad… viajando en la parte de atrás. La ley física es clara al respecto. No solo nosotros, como conductores, copilotos o pasajeros, aumentamos nuestro peso cuando se produce una colisión. Sucede lo mismo con los objetos.
De hecho, la sanción por transportar paquetes sueltos en el coche alcanza los 200 euros, en caso de que los bultos no se inmovilicen. El artículo 14 del Reglamento General de Circulación (RGC) así lo establece, puesto que la carga transportada en un vehículo no debe “arrastrar, caer total o parcialmente o desplazarse de manera peligrosa”.