Pensemos en nuestro comportamiento cuando nos encontramos con un semáforo parpadeante en un paso de peatones. ¿Tendemos a parar, o a acelerar? Si vamos andando, ¿estamos pendientes del carril contiguo?
Es muy común acelerar, cuando conducimos y nos topamos con un semáforo parpadeante, antes de que cambie a rojo; también lo es, si un vehículo se detiene, que sigamos andando, independientemente de que en el carril contiguo no se paren. Y es que a veces, una iniciativa que nace con buena intención termina siendo la más inadecuada. Ha pasado con los semáforos que regulan pasos de peatones simultaneando la luz verde para peatones con la fase ámbar parpadeante para vehículos y peatones; y donde la preferencia de estos últimos es casi sistemáticamente ignorada por parte de los conductores y conductoras.
Organizaciones como Safer Roads Foundation (SRF), desde Reino Unido, llevan advirtiendo del peligro que se produce en cruces regulados de esta manera. Y han señalado, de hecho, a nuestro país como único en el mundo que mantiene esta práctica de señalización vial; ha recomendado, de hecho, su revisión, junto con otras asociaciones españolas relacionadas con las víctimas viales.
Ciudades españolas como Burgos han eliminado de hecho la fase ámbar para vehículos en al menos diez intersecciones, dejando en algún punto esta fase solo cuando existe “gran congestión de tráfico en la zona”, explicaba en junio pasado Ángel Barrio, responsable de la Unidad de Tráfico del Ayuntamiento, a la revista de la Dirección General de Tráfico (DGT).
Una regulación en el punto de mira
La DGT está empezando a recomendar a las principales ciudades la revisión de este semáforo en ámbar, dado el peligro que entraña para los peatones, en un contexto de movilidad donde bicis y patinetes se suman a un paisaje cada vez más complejo. La idea sería eliminar el ámbar para poner la secuencia rojo y verde, mucho menos ambigua.
En un año particularmente raro en cuanto a movilidad como 2020 murieron 35 peatones, mientras que cerca de 200 fueron hospitalizados: habían sido atropellados en un paso de cebra con semáforo. Pero es que un año antes, en 2019, fueron 47 los fallecidos y 317 los heridos de diversa consideración, por el mismo motivo.
El director ejecutivo del Consejo Europeo de Seguridad en el Transporte (ETSC), Antonio Avenoso, indicó claramente en una entrevista que una de las situaciones donde más riesgo corre el peatón al cruzar un semáforo intermitente es cuando un vehículo de grandes dimensiones se encuentra parado en el inicio del paso. ¿Puede impedir la visión del carril contiguo? Sí, y con ello, aumentan las posibilidades de sufrir un arrollamiento que podría ser mortal.