El patrimonio civil es terreno para la arquitectura vernácula, para la construcción autóctona, con sello propio. Elaboramos una de esas rutas en coche por España con muestra de esta arquitectura, condenada al olvido.
Una de las secciones de la Lista Roja de Hispania Nostra, que alerta acerca del estado de deterioro que sufre nuestro legado patrimonial en todo el país, está relacionada con el patrimonio civil. Al intentar conocer la realidad de la capital hispalense, en este sentido, nos encontramos con bastantes ejemplos -un total de 12- de lugares dejados, como suele decirse, de la mano de Dios.
Se trata de monumentos con los que se puede reconstruir la propia historia del lugar donde nos encontramos: conjuntos históricos, palacios, arquitectura vernácula (propia del sitio), vías de comunicación históricas, edificios singulares… Existen ejemplos como el del Palacio de los Marqueses de Peñaflor -en Écija- que, felizmente, está en proceso de recuperación. Se trata de un palacio urbano barroco, construido entre 1700 y 1775 por Antonio Fernández de Henestrosa, que tiene el título de Bien de Interés Cultural (BIC) y se está rehabilitando todavía.
La ruta que sigue es un viaje por la provincia hispalense y su lista negra de patrimonio, capital incluida:
-
Hacienda Ibarburu (Dos Hermanas, s. XVIII), es un ejemplo de edificio agropecuario denominado “hacienda”, construcción típica sevillana donde se almacenaba grano, maquinaria del campo, animales, y que a su vez era vivienda vacacional de los propietarios. Aunque tiene la protección como BIC desde 2002, su estado es ruinoso. El lugar ha sido expoliado e incluso ha sufrido varios incendios. La dejadez es total y los herederos, propietarios, tampoco colaboran, a juicio de las autoridades locales.
- Puente de Gandul (Alcalá de Guadaira, Edad Antigua), su dataje oscila entre la Edad del Hierro y la época romana, y aunque se incluye en el catálogo del Instituto Andaluz del Patrimonio Histórico, está abandonado. Las crecidas del arroyo del Salado han contribuido a su deterioro estructural.
-
Cortijo cerealista de Luchena (Mairena del Alcor, s. XIX), fue un convento franciscano y edificio destinado a labores agrícolas del que solamente permanecen los muros exteriores. Está en estado ruinoso, pese a disfrutar de una protección legal del SIPHA.
- Palacio Pumarejo (Sevilla, s. XVIII), es una casa-palacio típicamente dieciochesca, de dos plantas y ordenada en torno a dos patios porticados: el patio noble de la casa y el del servicio de la familia Pumarejo. Cuenta con protección como BIC, pero permanece apuntalada y en pésimo estado de conservación, y eso que es relevante el patrimonio histórico local sevillano. Fue sede de la primera escuela de adultos, y albergó a niños y niñas que estaban en la calle sin escolarizar, pertenecientes a la institución de los Niños Toribios, fundada en 1725 por Toribio de Velasco.