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Una ruta por Sefarad (III): Lucena

El brillo de Lucena durante la Alta Edad Media se debió en gran parte a la comunidad sefardí. Por eso es una parada ineludible de las rutas hispano-judaicas, dada la importancia de su legado patrimonial.

 

El legado sefardita no deja de encandilarnos a cada momento. La tercera entrega de estas rutas por la red judería marcha hacia al sur, concretamente a Lucena, que ostenta el hermoso título de Perla de Sefarad. Antes, fueron los cronistas judíos y musulmanes previos al Renacimiento europeo quienes bautizaron a la ciudad cordobesa como Ciudad de los Judíos; y lo hicieron por la documentación hallada allí desde finales del siglo IX.
 

Judíos prominentes como Jehudá ha Leví, Abraham Ibn Ezrá o Moisés ben Maimón -más conocido como Maimónides-, poetas e intelectuales, pasaron por tierra lucense. La Academia de Estudios Talmúdicos fue, en este sentido, punto de encuentro de sabios y rabinos de la época.
 

La necrópolis judía de Lucena

Dentro del descubrimiento del pasado hebraico español, Lucena ha pasado a ser, en los últimos años, un punto clave para los visitantes amantes de esta cultura (además de para los propios judíos foráneos). En este sentido, el cementerio judío de la antigua Eliossana, descubierto en 2006, dio un vuelco a la proyección turística de Lucena a nivel internacional. Nada menos que 346 fueron las tumbas que, orientadas hacia Jersusalén, fueron desenterradas, asomando de esta manera la memoria de aquella comunidad medieval.
 

La necrópolis, una de las grandes de Europa, conservó su carácter sagrado. Una vez examinados los restos óseos, fueron de nuevo inhumados bajo el ritual judío. Fue abierta al público en 2013. Es, de hecho, la única que puede visitarse en nuestro país, junto con las de Segovia y Plasencia.
 

Otros legados

Caminos-de-Sefarad-Red de Juderias España

El símbolo de la Red de Juderías de España muestra la forma de la península ibérica formada por la palabra en hebreo "Sefarad".

Las casas y sinagogas, así como la escuela talmúdica, se levantaban en el interior de la muralla, en lo que hoy en día serían las calles Plaza Alta y Baja, Las Tiendas, Canalejas, Las Torres… atravesando el antiguo convento de Santa Clara, según la Red de Juderías.
 

Aprovechando la visita, podemos adentrarnos en el barroco del Palacio de los Condes de Santa Ana, patrimonio de una de las familias judeoconversas que quedaron en la ciudad, los Mora-Saavedra. O conocer el Castillo del Moral y el barrio de Santiago, hogar de alfarerías y tinajerías.
 

Lucena fue una ciudad judía intramuros que logró mantenerse independiente del califato cordobés, del reino Zirí granadino y de los gobernantes almorávides. Sin embargo, fueron estos últimos quienes, en el siglo XII (año 1148 concretamente), pusieron el punto y final a la comunidad judía.
 

Al negarse a convertirse al Islam, quienes sobrevivieron a la invasión enfilaron hacia el norte. Hacia Toledo, concretamente. Otro de esos sitios para visitar en coche sin salir de Sefarad. Pero eso lo dejamos para el siguiente capítulo.
 

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