Inauguramos esta serie con una carretera, como no puede ser de otra manera, de gran valor paisajístico. Se trata de la A-700, que arranca en Colmenar, acabando en Fuente Olletas. En Málaga la Bella. Atraviesa un Parque Natural.
Fue en 2019 cuando publicamos aquí, en este blog, un mini ranking con algunas de las carreteras más peligrosas del mundo. El Cañón de Añisclo -en el Pirineo aragonés- fue la aportación nacional al listado que, ahora, ampliamos con una deliciosa serie dedicada a esas carreteras que han hecho historia en nuestro país. Por su antigüedad, trazado, por el itinerario que plantean, los atractivos e historias que encierran.
La Carretera de los Montes de Málaga, la A-7000, recorre una cadena montañosa compuesta por colinas bajas y altas que discurren, paralelas, a la costa mediterránea. Está coronada por la llamada Cresta de la Reina, a 1.032 metros de altitud; y es encuentra dentro del Parque Natural Montes de Málaga. La A-7000 es una carretera autonómica, viejo tramo de la N-321, que comunica los municipios de Málaga y Colmenar, y consta de 31 kilómetros.
Durante el recorrido pueden contemplarse especies típicas del bosque mediterráneo como el pino piñonero, el pino resinero y el pino carrasco, con el que se repobló este territorio en los años treinta del siglo XX, para evitar las inundaciones recurrentes en la ciudad; el monte, por lo demás, está sembrado, también, de castaños, nogales y chopos, entre otras especies vegetales. La fauna que habita es, mayoritariamente, nocturna. Jabalíes, zorros rojos, luciérnagas y gatos cimarrones andan por parajes sobrevolados por murciélagos.
Las ventas, o restaurantes de carretera donde probar suculentos platos locales -no aptos para estómagos delicados-, son recomendadas hasta por la Guía Repsol. El emblemático plato de los montes es prueba de ello. Pero no solo. En los numerosos locales que avistamos en ruta se pueden degustar desde carnes y pulpos a la brasa hasta migas, arroz caldoso o lomo en manteca. Algunos son auténticos miradores desde los que se divisa la costa malagueña.
A este lado de la carretera
Parafraseando a Van Morrison (vía Danza Invisible) nos situamos en una carretera que era la que unía la ciudad de Málaga al resto del país. En tiempos donde brotaba el vino: “[...] por todo este camino crecieron en tiempos, antes de que la filoxera se los llevase por delante, los viñedos de donde se obtenía el mejor y más dulce vino moscatel”, escribió Camilo José Cela en Del Miño al Bidasoa y otros vagabundajes. Las temperaturas, dada la cercanía con el mar, son suaves, y la humedad, elevada.
Quienes la han transitado aseguran que su asfalto está bien conservado, y que está plagada de curvas. Moteros, moteras -y amantes de la conducción, en general-, la disfrutan especialmente, pese a que hay que gastar cuidado con los ciclistas con quienes se comparte más de un tramo (habida cuenta de la ausencia de arcén o cuneta en su itinerario).
“A pesar de la baja accesibilidad que presenta la carretera desde la mayor parte de las capitales provinciales, la situación próxima de la autovía A-45, en dirección a Málaga, facilita de forma destacada el acceso a ella desde puntos distantes de la región andaluza”, explican en Carreteras paisajísticas. Estudio para su catalogación en Andalucía. Seguramente, una de las carreteras más bonitas de España.
Fuente de fotografía: Carreteras paisajísticas. Estudio para su catalogación en Andalucía.