Las carreteras del futuro serán inteligentes, o no serán. Pero es que todos los actores implicados en la movilidad deberán conectarse para que el ecosistema funcione a la perfección y ganemos en seguridad.
Corría el mes de enero cuando tocamos el tema de las carreteras inteligentes. Y es que la inteligencia artificial y la digitalización de la vida, como no puede ser de otra forma, afecta y afectará en lo sucesivo a la movilidad. Por eso hemos decidido hablar aquí de una plataforma que el pasado verano empezó a probarse. Fue en el contexto de una prueba ciclista, concretamente la denominada “Gran Fondo Ézaro-Fin do Camiño”, celebrada en la Costa da Morte gallega.
Se trataba de la “Plataforma de Vehículo Conectado 3.0” -creada en 2018-, que tiene como fin crear una red de usuarios conectados que, de manera anónima, faciliten información al resto de actores y elementos presentes en la carretera. Por supuesto, evitar accidentes es el objetivo primordial. Durante la citada carrera ciclista, balizas y conos conectados a DGT 3.0, la plataforma, permitieron que los conductores conectados que transitaban cerca fueran recibiendo esta información en el móvil.
Las carreteras del futuro permitirán, de esta manera, que cada usuario conectado pueda cambiar sobre la marcha su itinerario, evitando los tramos afectados por una circunstancia determinada. En esta ocasión se trataba de evento deportivo, pero podría tratarse también de obras en la calzada, un vehículo averiado, el rescate de un vehículo accidentado, un siniestro propiamente dicho…
Nuevo modelo de movilidad: ¿a quién afecta?
La innovación en carreteras pasa por que todos los actores implicados en la movilidad evolucionen para coexistir tecnológicamente conectados. En este sentido, se interpela a los vehículos de nueva generación, las empresas de transporte de personas y mercancías, las organizaciones que trabajan en la movilidad, las entidades públicas de transporte y conservación de las carreteras, los proveedores de datos y los servicios de asistencia en carretera (¡como nosotros!), entre otros, explica la DGT.
La seguridad en vías interurbanas, así como en carreteras secundarias donde la visibilidad es baja, puede aumentar espectacularmente en este nuevo contexto. Los datos y el intercambio de éstos son fundamentales para que, como conductores, sepamos anticipar situaciones potencialmente arriesgadas. Y eso, sin duda, es una buena noticia para todos.